No me quedaban libros nuevos que leer. Estaba en un avión de Doha a Madrid y venía de otro que había salido de Saigón hacía ya medio día. Respiraba agotada y resistiéndome al sueño para poder llegar a casa y sentir que había hackeado al sistema y no tenía
Una gran victoria
Una gran victoria
Una gran victoria
No me quedaban libros nuevos que leer. Estaba en un avión de Doha a Madrid y venía de otro que había salido de Saigón hacía ya medio día. Respiraba agotada y resistiéndome al sueño para poder llegar a casa y sentir que había hackeado al sistema y no tenía