Hablo con ella a las mil, y ni siquiera, es curioso, nos tenemos en WhatsApp. Las conversaciones suceden siempre por mensajes de Instagram que de repente se convierten en diálogos bomba que me dejan un sabor de boca maravilloso. El de aquel que acaba de recibir un chute de energía de la buena. Así que Lala, vas a perdonarme, pero esta carta (sé que las lees) está completamente inspirada en una de nuestras conversaciones que no se pueden compartir:
Una conversación en siete actos
Una conversación en siete actos
Una conversación en siete actos
Hablo con ella a las mil, y ni siquiera, es curioso, nos tenemos en WhatsApp. Las conversaciones suceden siempre por mensajes de Instagram que de repente se convierten en diálogos bomba que me dejan un sabor de boca maravilloso. El de aquel que acaba de recibir un chute de energía de la buena. Así que Lala, vas a perdonarme, pero esta carta (sé que las lees) está completamente inspirada en una de nuestras conversaciones que no se pueden compartir: