Para llegar a Dubrovnik volábamos a Tirana para intentar no dejarnos un sueldo en el billete de avión. Pero acabamos haciendo escala en Belgrado y volando directamente a Croacia porque el vuelo desde Valencia se retrasó. Que las cosas nunca salen exactamente como quieres es tan real como que es pura casualidad que el lunes por la noche acabáramos cenando los cuatro en aquel apartamento de Dubrovnik después de mil piruetas imposibles para cuadrar nuestras vidas.
Por todo el oro del mundo
Por todo el oro del mundo
Por todo el oro del mundo
Para llegar a Dubrovnik volábamos a Tirana para intentar no dejarnos un sueldo en el billete de avión. Pero acabamos haciendo escala en Belgrado y volando directamente a Croacia porque el vuelo desde Valencia se retrasó. Que las cosas nunca salen exactamente como quieres es tan real como que es pura casualidad que el lunes por la noche acabáramos cenando los cuatro en aquel apartamento de Dubrovnik después de mil piruetas imposibles para cuadrar nuestras vidas.