No tengo más prisa que la de saber que el tiempo que pasa, no vuelve. No tengo más prisa que la de agarrar cada instante, no para hacer que dure siempre, sino para saborearlo cuando ocurre. Últimamente mi vida es una montaña rusa que no entiende de rebajar la velocidad, pero cada vez aprecio más los silencios cómplices y esas ganas de hacerlo a fuego lento, de saber que así se puede disfrutar del proceso, de recorrer cada peldaño con consciencia y decisión. No tengo más prisa que la de seguir conociéndome para reconocerme en el espejo y sentir que es por aquí.
No tengo más prisa
No tengo más prisa
No tengo más prisa
No tengo más prisa que la de saber que el tiempo que pasa, no vuelve. No tengo más prisa que la de agarrar cada instante, no para hacer que dure siempre, sino para saborearlo cuando ocurre. Últimamente mi vida es una montaña rusa que no entiende de rebajar la velocidad, pero cada vez aprecio más los silencios cómplices y esas ganas de hacerlo a fuego lento, de saber que así se puede disfrutar del proceso, de recorrer cada peldaño con consciencia y decisión. No tengo más prisa que la de seguir conociéndome para reconocerme en el espejo y sentir que es por aquí.