El domingo necesitaba silencio y me asomé a uno de los lugares que hay enfrente de la playa, como elevados, y me pedí un coco (algún día hablaremos de la maravilla del agua de coco) mientras leía la novela que tengo entre manos. Estaba medio nublado y no sabía como sería el atardecer pero entonces sucedieron estas 3 cosas:
Hay barcos que vuelan (en serio)
Hay barcos que vuelan (en serio)
Hay barcos que vuelan (en serio)
El domingo necesitaba silencio y me asomé a uno de los lugares que hay enfrente de la playa, como elevados, y me pedí un coco (algún día hablaremos de la maravilla del agua de coco) mientras leía la novela que tengo entre manos. Estaba medio nublado y no sabía como sería el atardecer pero entonces sucedieron estas 3 cosas: