Querido espejo: Me has visto en todas las situaciones posibles. Cuando me levanto con mi pelo enmarañado, mis ojos hinchados y con las gafas recién puestas para intentar ver algo. Me asomo a tu vera mientras me hago la raya del ojo que siempre me sale desigual y nunca, nunca, me pinto los labios. No me gusta. A veces te miro de reojo porque hay días en los que me veo más guapa y a veces te evito, pero tengo cierta fijación contigo. A tu alrededor he construido un rincón que me da paz. Está lleno de flores de otra época y para compensar tengo un cartel que habla de la importancia de las raíces. A tus pies descansan libros. El Romancero Gitano de Lorca ilustrado, una foto con Andrea, un póster de las cúpulas de Buenos Aires, un libro de Miró y otro sobre mi horóscopo. También hay muchas polaroids, muchas novelas, alguna botella de vino y otras flores secas. Hay una caracola del otro lado del océano y manchas de pintura de cuando llegamos.
Espejito, espejito
Espejito, espejito
Espejito, espejito
Querido espejo: Me has visto en todas las situaciones posibles. Cuando me levanto con mi pelo enmarañado, mis ojos hinchados y con las gafas recién puestas para intentar ver algo. Me asomo a tu vera mientras me hago la raya del ojo que siempre me sale desigual y nunca, nunca, me pinto los labios. No me gusta. A veces te miro de reojo porque hay días en los que me veo más guapa y a veces te evito, pero tengo cierta fijación contigo. A tu alrededor he construido un rincón que me da paz. Está lleno de flores de otra época y para compensar tengo un cartel que habla de la importancia de las raíces. A tus pies descansan libros. El Romancero Gitano de Lorca ilustrado, una foto con Andrea, un póster de las cúpulas de Buenos Aires, un libro de Miró y otro sobre mi horóscopo. También hay muchas polaroids, muchas novelas, alguna botella de vino y otras flores secas. Hay una caracola del otro lado del océano y manchas de pintura de cuando llegamos.