Hoy vine a tomar un café y mientras llegaba un rayo de sol me daba en la cara el punto justo para impedirme ver y para calentarme un poquito. Siempre me sorprende como una misma cosa puede tener efectos tan distintos al mismo tiempo. Me siguen doliendo los pies de creerme que sé bailar sevillanas y de pasearme horas de arriba a abajo en la Feria de Abril. Es viernes y
Hola Carla, leí tu artículo sobre la serendipidad y dejar planificar hasta el último momento a través del Honos de Máximo, y pensé que podría interesarte (o cabrearte) este artículo. Es de NYC y puede que no todo es aplicable en Madrid pero aún así https://www.newyorker.com/news/our-local-correspondents/why-you-cant-get-a-restaurant-reservation