El otro día mi amiga Anna me estuvo contando que es muy importante que no se me olvide apuntar lo que deseo en papelitos y pronunciarlo bastante. Lo llamó la Ley de la Asunción. Yo en mi libreta lo hice mío: cuanto más me lo digo, más me lo creo. Las palabras también sirven para empujar.
Cuanto más me lo digo, más me lo creo
Cuanto más me lo digo, más me lo creo
Cuanto más me lo digo, más me lo creo
El otro día mi amiga Anna me estuvo contando que es muy importante que no se me olvide apuntar lo que deseo en papelitos y pronunciarlo bastante. Lo llamó la Ley de la Asunción. Yo en mi libreta lo hice mío: cuanto más me lo digo, más me lo creo. Las palabras también sirven para empujar.