La primavera ha explotado y empecé a sentirla en el cuerpo mientras llovía y yo no tenía paraguas. Mi piel respiraba aliviada, no buscaba ya cubrirse, el sol salía al final de la calle y volvía las gotas de lluvia doradas y brillantes. Yo regresaba a casa y, más que andando, iba flotando porque estoy segura de que mis pies no llegaban a tocar el suelo. No pasaba nada pero la música en los oídos siempre ayuda a la imaginación: estaba pensando en todo lo que podría llegar a pasar.
Me encanta leer tu mini diario de cosas bonitas de la semana, me hace mirar también la mía para buscar lo bello.