Tengo un cuaderno terminado y todavía no me he comprado otro. Estoy en Lisboa creo que por tercera vez y hay algo maravilloso en volver a lugares en los que ya habías estado antes porque te das cuenta como tu forma de mirarlos puede ser completamente diferente. Las calles del verano de 2016 no tienen nada que ver con la Carla de 2022. Me gustan algunas de las mismas cosas y otras muchas ya ni me acuerdo de que me gustaban. Nunca iría con sandalias de plataforma para recorrerlas pero hace 6 años ir guapísima y altísima era la única opción. Me he venido más de una semana sin plan por delante, sin “tenemos que” y sin listas. Me apetece beberme Lisboa y reírme, si eso vale. Es alucinante pero hace 6 años lo tenía todo más claro y el recorrido era inequívoco(?). O quizás es que pensaba menos en él. Ahora te escribo esto tomándome una cerveza en Alfama, entre callejuelas imposibles, por supuesto con deportivas, y sin saber nada pero sabiendo que lo que sé, muy poquito, pero lo sé.
Sí, decírtelo
Sí, decírtelo
Sí, decírtelo
Tengo un cuaderno terminado y todavía no me he comprado otro. Estoy en Lisboa creo que por tercera vez y hay algo maravilloso en volver a lugares en los que ya habías estado antes porque te das cuenta como tu forma de mirarlos puede ser completamente diferente. Las calles del verano de 2016 no tienen nada que ver con la Carla de 2022. Me gustan algunas de las mismas cosas y otras muchas ya ni me acuerdo de que me gustaban. Nunca iría con sandalias de plataforma para recorrerlas pero hace 6 años ir guapísima y altísima era la única opción. Me he venido más de una semana sin plan por delante, sin “tenemos que” y sin listas. Me apetece beberme Lisboa y reírme, si eso vale. Es alucinante pero hace 6 años lo tenía todo más claro y el recorrido era inequívoco(?). O quizás es que pensaba menos en él. Ahora te escribo esto tomándome una cerveza en Alfama, entre callejuelas imposibles, por supuesto con deportivas, y sin saber nada pero sabiendo que lo que sé, muy poquito, pero lo sé.