Sin cáscara
Me gustan mis dos vidas, mis diez vidas. Me gusta Madrid, Buenos Aires, Bali y México. Me gusta el Mediterráneo. Me muevo en el invierno con la emoción de la primavera, en una especie de revolución silenciosa. Voy lanzando al aire lo que he vivido como si de verdad fuese capaz de trocearlo y repartirlo con la intención del contagio. No otra. Sólo querrí…