Probablemente no hubieses recibido esta carta
Vivirás
Lo he pensado cientos de veces. Lo reconozco, aquí, abiertamente. Durante mucho tiempo me he regodeado en el qué hubiese pasado si este año no hubiese habido pandemia y confinamiento forzoso. Dónde estaríamos ahora. Habría ido a Vietnam. ¿Tendría el mismo trabajo?
Qué hubiese pasado si hubiese elegido estudiar otra cosa que no fuese periodismo o si en lugar de irme en busca de aventuras al terminar, hubiese hecho un máster.
Me he movido demasiadas veces buscando los caminos alternativos a los que hago. Buscando recovecos para entender por qué algo salió mal y cuáles eran las circunstancias que lo habían torcido todo. Me ha costado ser consciente de que los ‘y si’ nunca existen, pero que también somos lo que no nos ha pasado. Habla de nosotros lo que descartamos tanto como lo que elegimos. Habla de nosotros lo que no decimos tanto como lo que soltamos a cuchillo.
Así que sí, algo salió mal —da igual cuando leas esto— porque te llevará a un lugar mejor. Aprenderás con las piedras. Lanzarás algunas a un lado. Otras las cargarás porque cuesta desprenderse. Soltar. Crecerás con cada decisión que tomes porque decidir suma, duele, cicatriza y empuja. Te darás cuenta de que es el ahora, y no el después, lo único que vale. Vale de valer. De valor. Seguirás y sabrás que equivocarse siempre es parte del juego. Intuirás el siguiente paso. Lo darás aunque tiembles de miedo. Serás auténtico. Harás lo que te salga de dentro.
Vivirás a la intemperie de casuísticas incontrolables y de elecciones que lo cambian todo. Vivirás también, irremediablemente, con las consecuencias de decisiones de otros. Vivirás.
Amapolas en octubre
Respecto al ‘y si’, me encontré el otro día esta frase en mi librería favorita de Madrid: Amapolas en octubre.
Yo no sé si es el hecho de que nací este mes o que fuese el primer lugar al que fui cuando nos desconfinaron y se podía pedir cita previa en los comercios, pero estoy enamorada de este lugar y de que Laura, su dueña, se acuerde de cada libro que me he llevado.
Siempre intento ir a por uno, pero salgo con dos. Y acabamos hablando de creer en la magia, viendo alguna exposición que tiene montada o en una firma de Xoan Tallón.
Laura te empaqueta los libros con delicadeza, los sella, les pega una etiqueta. Como si cada uno fuese un tesoro, recordando con sus manos detrás de esa caja que somos nosotros los que tenemos el poder de hacer que algo se convierta en especial. Cada libro, un regalo. Cada abrazo, un sueño cumplido.
Te acabará dando completamente igual qué hubiese pasado si, porque tú habrás elegido. Con todas las consecuencias.
Llevarás tu camino y andarás, con los silencios a un lado y con las cosas que no escogiste en el otro. Te guiarán para lo que sí. Y no hay nada más que eso.