Paso a paso
Salirse del dibujo
No tengo ni idea. Yo tampoco lo sé. Y resulta que lo descubro ahora. No sé si estoy perdiendo el tiempo, no sé ni siquiera qué significa perder el tiempo. No sé si estoy llegando a tiempo, pero si es que tampoco sé adónde llegar.
Parece que andemos empeñados en vivir haciendo checks. En que todo encaje y nada se salga del dibujo. Dudar es signo de debilidad y hay que ir rápido, mucho, cuanto antes mejor, para llegar a un sitio que nadie sabe exactamente qué esconde, pero debe ser como mínimo, la Tierra Prometida.
El tiempo nos persigue pero nos creemos inmortales. Nos da tanto miedo que esto se acabe como que sea infinito, pero vamos todos como locos, sedientos de tiempo aprovechado y excusándonos en que ahora no es el momento adecuado para ninguna curva en el camino.
Pues te voy a hacer tres spoilers:
Nunca lo será.
Si al sitio al que estás yendo como un loco no se esconde algo que te mate de pasión (la que sea) y te haga feliz, da lo mismo lo mucho que corras. Al final no habrá nada.
Las curvas en el camino sirven para hacerlo tuyo y si no te enamoras de eso, estás perdido.
Si algo he aprendido a base de golpes es que cuando te sales del dibujo eres capaz de hacer algo mágico con el tiempo: pararlo.
Y eso es todo.
‘También esto pasará’
En abril de 2019 me fui con otras tres locas a Sri Lanka. Era la primera vez que pisábamos Asia, y nos pasó, literalmente, de todo —véase atentado en la capital el día antes de marchar estando a 200km de distancia del suceso—.
Creo que para todas fue un viaje que cambió nuestra perspectiva de ver la vida, el tiempo, y de entender que las curvas podían ser divertidas. Me atrevería a decir que ese viaje me quitó miedos que tenían poco que ver con viajar y mucho con atreverme con lo que tenía delante de mis narices.
Allí me llevé ‘También esto pasará’ de Milena Tusquets. Una reflexión maravillosa sobre la ausencia, las ganas de vivir, y sobre el hecho de que tanto lo bueno como lo malo, acaba pasando. Y si sabes eso, jugar es más fácil.


Es crucial que entendamos, y me incluyo, una cosa: estamos a tiempo. Siempre. Y llegamos a tiempo. A todos lados.
Y eso pasa porque no tener ni idea del siguiente paso forma parte del camino. Lo importante es caminar.