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En la Feria del Libro encontré una maravilla que se llama “Gran Historia Visual de la Filosofía” y básicamente es un manual de filosofía desde su origen hasta hoy que la explica a través de ilustraciones. Se lo he regalado a mi hermano pero antes hojeé debidamente y descubrí a Heráclito, que me quería sonar pero no recordaba mucho de él. Heráclito decía que su única certeza es que todo está en permanente cambio. El famosísimo ‘panta rei’ o ‘todo fluye’.
Para ejemplificarlo en el libro lo contaban con una sencilla frase: “nunca te bañas dos veces en el mismo río”.
Pensaba en esto cuando ayer volví, de nuevo, a pisar la misma playa que llevo pisando desde hace 27 años. Llevo 27 veranos recorriendo las mismas calles, rozando la misma arena que se me queda siempre pegada por todas las partes del cuerpo y bañándome en estas aguas tranquilas y tibias que me han malacostumbrado y hacen imposible que acepte una temperatura menor.
La playa sigue ahí y ha (hemos) cambiado tanto que a veces no la reconocemos, pero sí que hay rituales que siendo diferentes siempre se repiten.
Todo empieza en la noche de San Juan.
El Mediterráneo va de calma y de consciencia. De quedarte en la playa hasta que se hace de noche. De buscar la cala más escondida y comerte allí un bocadillo de atún con aceitunas y una bolsa de patatas, del coche con las ventanillas bajadas. El Mediterráneo va de conversaciones de madrugada, de pelo enredado con el salitre, de noches leyendo en la terraza, de chanclas, camiseta y bañador.
Serrat cantaba: “A tus atardeceres rojos / Se acostumbraron mis ojos” porque cuando el final del día se acerca en las alturas los colores son capaces de elevarte a ti también de la tierra.
Las buganvillas, blancas y rosadas, se extienden a sus anchas por los muros que las acogen y pintan de colores las calles del cielo más azul del mundo. El Mediterráneo va de un arroz enfrente del mar con el vino blanco más frío y los relojes más apagados de la historia. De hablar con los vecinos de enfrente, de salir a merendar helado, de siestas que te pillan, de agendas inservibles.
En este mar yo soy más que nunca y deseo más fuerte: que lo que está, aunque siga cambiando, se quede.
Nací en el Mediterráneo
La de bocatas de atun y olivas que me he hecho en la playa. En mi caso, en El Pinet (entre Santa Pola y Guardamar).
Como bien dices, agendas inservibles.
El bañador, tieso de sal 😂