Marcar la diferencia
Recuerdo muchas veces que hace algunos años me martirizaba porque no se me daba muy bien ningún deporte, tampoco bailaba con gracia, cantar menos y no hablemos de tocar un instrumento. Era normalita dibujando y tendía, más bien, al dibujo abstracto que solo entendía yo. Me ponía nerviosísima en clase de música cuando me tocaba a mí y si te cuento mis carreras o saltos en gimnasia te puedes estar riendo un mes.
También me recuerdo actuando en las obras de teatro, cosa que disfrutaba sin presión por ser la más, que es como se disfrutan las cosas de verdad. Y escribiendo cuentos que presentaba a concursos. Saboreé la pequeña victoria en alguno y aun así no era suficiente.
La naturaleza me vino algo torpe y durante muchos años no lo llevé bien. Me avergonzaba no ser capaz de hacer algo como los demás y me obsesioné con que mis deportivas de gimnasia tenían tres velcros en lugar de dos porque me hacía ser diferente en una edad y en un mundo en que destacar era un suplicio. Lo mejor era pasar desapercibido.
Han tenido que pasar algunos años, golpes, idas y venidas, reafirmaciones y pérdidas, para darme cuenta de que lo que yo veía normal en mí, era considerado un talento para otras personas. Que mis ‘no soy capaz’ se convierten en ‘puedo con lo que sea’ en cuestión de segundos si me lo creo. Tuve que conocerme de nuevo.
Descubrí que me gustaba jugar a intentarlo y perdí la vergüenza a no hacerlo bien del todo. A caerme —y qué importante es que te dé completamente igual pegártela—. Descubrí que soy una cabezota que prueba aunque no tenga la mejor perspectiva y que me río cuando no me salen bien las cosas. He llegado a probar el surf y a subir por sitios por los que, sinceramente, no tenía muy claro que podría subir. Y no hablo solo de montañas. También he sabido decir que no cuando no me apetecía.
Me enamoré de lo genuino y entendí lo auténtico como especial. Por fin.
Decidí dejar de huir de lo que me hacía diferente y plantarle cara a los cánones a base de verdad.
Lo que te quiero decir es que te conozcas, que saques tu talento, el que sea, que te admires, que disfrutes sin la presión de ser más que nadie, que te creas capaz.
Eso es lo que te diferencia.