El aroma de lo posible
Ya lo habrás leído. Te lo habrán repetido hasta la saciedad. Hola septiembre, qué tal, pasa hombre, que pronto has venido. Mientras me sacudo las piernas de arena, porque no sé ir a la playa sin volver con arena hasta en el pelo, escribo esto en mi cabeza:
Vuelve el olor a novedad, el aroma de lo posible. Eso es, ni más ni menos. Vuelve a ser real la opción de que te reinventes, de que vengas con esa fuerza arrolladora que da el mar y de la confianza ciega de los comienzos. Vuelven las ganas de crear, de moverte, de cruzar para ver que hay allí enfrente. Vuelven las listas de sueños que cumplir este año que empieza siempre a finales. Listas que quizás acabes olvidando, pero que te gusta hacer igual. Son tuyas.
Porque hoy tienes esa certeza infranqueable que no sabes de donde sale (ya asomará la duda, pero mientras, disfruta) de que eres capaz de arrancar las páginas de un pasado que ya no sirve y escribir sin miedo las de un presente que abrazas y las de un futuro que (te) promete. Y darán igual los trabajos que hayas tenido antes, lo que decidiste estudiar cuando tenías 18 años o lo que firmaste que no te importaba. Dará igual si no fuiste la elegida aquella vez o los proyectos que se quedaron en el camino. Si antes solo escribías prosa y quieres lanzarte al verso. Te darás cuenta de que nunca es tarde para cambiar las baldosas del camino las veces que te dé la gana.
Se empeñan en decirnos que tenemos que vivir como si nos fuésemos a morir mañana. Que solo se es joven una vez, que esto se acaba. Pero qué pasa si le damos la vuelta. ¿Y si se estuviese empezando cada vez? ¿Y si naciésemos cada día? ¿Y si naciésemos mañana?
Vuelve el olor a novedad, el aroma de lo posible.
En realidad lo podrías hacer cuando quieras, no hace falta que sea septiembre, pero te estoy dando la excusa para que vuelvas a empezar. Invéntate la vida, otra vez.
Algo para recordar:
Feliz viernes y a volar✨