"Creo que eso es crecer"
Puse el móvil en modo avión porque quería hablar conmigo sin distracciones. El mes de junio empieza a escaparse y estoy casi segura de que se irá sin saludar. Me parece bien porque necesito, sin duda, algo de silencio.
Ayer por la tarde salí a caminar para intentar tachar de mi lista al menos un par de cosas que debía (debo) hacer pero cambié de dirección en el último momento y me fui a sentarme al ventanal de una cafetería. Me compré una entrada para el cine y cerré la boca, no pronuncié palabra.
Me estaban asaltando miedos, me estaba bajando la adrenalina como en una montaña rusa sin frenos, me estaba cayendo al vacío, estaba sintiendo vacío, el tren que tomaría para tener una conversación estaba por arrollarme. Anoté cuidadosamente, pensando cada palabra escogida: “en caso de duda, tómese un tiempo a solas y vuelva usted a la raíz. Vuelva usted dónde todo empieza: en un bolígrafo y un papel en blanco”.
Di un sorbo a mi café frío.
A veces me siento de un mundo en el que no se me permite entrar. Tantas otras se me olvida que me puse yo a construir mi puerta y que eso siempre tarda un poco más. A veces quiero correr, me da la prisa. ¿Prisa de qué? Ítaca no se está moviendo. El horizonte sigue impasible ante mis temores. Reviso el teléfono demasiado. Hoy mantengo en modo avión, quiero tocar con mis pies el suelo. Sigo manchando el cuaderno. Escribo, como cuenta Ernesto Sábato, para eternizar lo pasajero.
Caminé hacia el cine a paso lento y el aire caliente me rozó las piernas.
Entré al cine para ver ‘Inside Out 2’ y el nudo en la garganta ocupó un espacio que alcanzó hasta mis ojos. Dice Alegría que quizás hacerse mayor es asumir que se necesita menos de ella. No es hasta el final cuando se dan cuenta de que Riley está compuesta por un poquito de cada emoción y de que es imposible ser —de identidad— sin la amalgama de recuerdos feos y bonitos que habitan nuestro interior; sin ser conscientes de que somos tan egoístas como generosos, tan inseguros como capaces. ¿Cómo no va a necesitarse la alegría como pegamento?
No es que yo no lo supiese, es que se me olvida.
Hace algunos días tuve que hacer, sin planear, un resumen de mi vida en los últimos 6 años, algo que sin duda se merecía una lista para no dejarme nada. Sin embargo empecé a hablar de hoy, de mi ahora, porque este junio entendí, como hizo Alegría, de que ese es mi mayor resumen: lo que ves hoy viene de lo de ayer. También de lo feo.
Pero ahora respondo preguntas que antes no imaginaba y, sobre todo, hago preguntas que nunca me hubiese atrevido.
Creo que eso es crecer.
He vuelto a tener mis citas con el artista.
Cosas bonitas de esta semana:
Lucila vino a casa por primera vez. Estuvo con mis amigos de aquí y con mi familia y estoy muy convencida de que hay pocas cosas más bellas que compartir la intimidad más mundana. Bajamos a la playa con sombrilla, sillas y libros. Bebimos tinto de verano. Vimos Paquita Salas.
Pudimos estar con Borja en su 30 cumpleaños y quemamos nuestros papelitos en la playa por la noche de San Juan.
Estrenamos la terraza de Celia y Esteve con un asado.
Me bañé en el mar y en la piscina. Dormí la siesta.
Con Flor pegamos póster del libro por Madrid y acabamos comiendo muchísimo queso con Lu.
Las ventanas de casa están abiertas todo el tiempo.
Comí mucho en casa.
Pasé una mañana con Ixo ilusionándome por todo lo bonito que le va a venir.
El libro está empezando a llegar a las casas de la gente.
Cantamos ‘Cartas para no llorar’ de Zoe Gotusso y el Kuelgue y nos reímos mucho en la última tarde y noche de Lu en Madrid.
Nadia me escribió para vernos.
Me compré un vuelo.
Me llegaron las fotos que hicimos con cámaras deshechables de la presentación.
Juanjo escribió una reseña del libro en Traveler y no sé qué he hecho para merecer un texto con tanto cariño y para que sus ojos me vean así. Eternas gracias porque quiero imprimirlo en papel y abrazarlo.
Luis también escribió una reseña que me hizo llorar. En concreto en la calle Atocha mientras iba al cine. Él dice que el libro es de colores y yo creo que es exactamente como él dice. En Sustrato.
Me tomé una tarde para mí.
Pasé dos horas con Flor en una reunión con sabor a principio.
Acabo de ir a por la segunda edición. Que no tenga prisa, me quiero recordar.