La luz del sol empezando a bajar se cuela entre hojas de palmeras y me quedo mirando fijamente un techo de una cabaña que tengo justo enfrente hecho, también, de hojas de palmera pero secas. No me quito de la cabeza una canción que tiene 200 años pero que volví a escuchar estas semanas: Caraluna.
Llegué a la Costa de Oaxaca hace más de una semana, primero en grupo y después sola. Dos ritmos, dos lugares, dos vibras internas. Mazunte es un lugar del que no hablaría para que se mantenga virgen, para que solo haya hippies, cantantes improvisados en cualquier esquina y el reino absoluto de la improvisación porque da igual lo que tú quieras hacer: acabarás haciendo lo contrario.
Celebramos los 30 de Nadia durante días en los que no hicimos nada más que tirarnos en playas infinitas. Me di cuenta de que me era extremadamente sencillo olvidarme hasta de quién era y qué hacía por unos días. Me dediqué a apuntar en una lista expresiones que no entendía y a preguntar por todos los platos de la carta porque tenía el único objetivo de probar aquello que todavía no conocía. Eso es lo que fui. Me pregunté quién soy entonces.
Cuando llegué a Zicatela, en Puerto Escondido, ya me quedé sola. Aquí todos hacen surf, todos están de paso y todos se están quedando. Los taxis parecen haberse quedado suspendidos en los 70 y yo me he terminado un libro, he empezado otro, he caminado descalza, me he olvidado de mi neceser lleno de cremas y he abrazado este vacío de cosas que debería estar haciendo por seguir mi pálpito en tardes llenas de horas para dejar volar a mi imaginación.
Me pasé 48 horas enferma del estómago sin apenas fuerzas. Solo quería dormir y no podía comer nada. El lunes ni siquiera fui a ver el atardecer a la playa que tenía a minutos andando. Así que si algo he aprendido en este viaje es que si no estás bien por dentro, nada de lo que haya fuera podrá cambiarte la vida. Ni las palmeras, ni estas calles de arena, ni este sonido del mar. Eso sí, cuando me curé me fui a desayunar a una cafetería preciosa cuya pared decía: “algún día puede ser muy tarde”.
Que no se nos haga tarde para cualquiera de esas cosas que queremos y no tenemos que hacer. Eso.
No havia pensat mai en la immensitat d'aquesta expressió: "algun dia". 😘😘